jueves, 30 de agosto de 2007
Lima La Horrible
me deprimes,
me entristeces,
me quitas esperanzas,
no me dejas respirar bien,
me regresas a antiguas practicas que lucho por desterrar,
no me dejas estudiar,
me haces sentir sola,
oscureces mi mundo,
me vuelves apática,
me quitas la fe en Dios.
sábado, 25 de agosto de 2007
Hoy he conversado con Abraham (le cambié el nombre)
- ¿Cómo estas?¿tu familia esta bien?
- Sí - me contestó -
- ¿Y como esta Pisco?
- Pisco ya no existe, ya no queda nada, apenas algunas casas de cemento pero hasta esas están por caerse
- Lo siento mucho ¿y tu casa?
- Se ha caído la pared del vecino sobre la mía
- Acá en Lima todos han estado donando cosas para los damnificados
- Sí lo sabíamos, lo veíamos en la televisión pero la distribución en Ica es muy lenta, yo fui dos días después del terremoto, allá todos nos conocemos, iba caminando por las calles y en una cuadra estaban velando a una persona, en la otra cuadra estaban velando a otra y así por todos lados; ha sido horrible, ya no había lugar para enterrar a los muertos, ni ataudes donde ponerlos así que han estado poniendo a tres personas en uno solo y como después de algunos días ya comenzaba a oler mal no ha quedado mas que enterrar a los muertos en fosas comunes.
Abraham dice que el Gobierno les ha prometido reconstruir toda la ciudad, pero esta vez en cemento (mmmm yo creo que gobierno y promesa cumplida conjugan solo en futuro imperfecto)
La vida continua pero como es el asunto cuando se ha muerto la mitad de tu familia, creo que solo queda hacerlo paso a paso por que en estos casos no hay muchas alternativas para escoger.
viernes, 17 de agosto de 2007
Un Autógrafo Para Mi

jueves, 16 de agosto de 2007
Mi Vida en Chaca

Llegué a Chaca en julio del 2006 si mal no recuerdo, llevaba una mochila de esas para camping, una maleta y muchas ganas de trabajar.
Esta ha sido la primera vez que he ido a un lugar completamente desconocido para mi, sola, solo con la referencia de que mi amiga y colega que trabaja en una ONG de la zona y que podía conversar con el personal de un puesto de salud de una zona rural, de un departamento (Ayacucho), del que solo había oído historias y al que jamás había visitado para que me dieran alojamiento.
Antecedentes: Ayacucho es uno de los departamentos mas pobres del Perú (si es así lógicamente es uno de los lugares mas pobres de Latinoamérica, por que esto no es Miami), su zona rural es aún más pobre (mmmmm…), esta zona rural queda en Huanta (donde se inició el terrorismo….) no importa pensé, después de todo no son solo más que antecedentes...
Mi amiga fue la mejor anfitriona que alguien pueda desear, desde mi llegada a Ayacucho hasta instalarme en Chaca no me faltó nada.
Una vez instalada en la posta de salud, saqué mi plano de actividades, me preparé un café y comencé a leer los nombres de las comunidades que visitaría a pie y que hasta el momento solo conocía de nombre. Antes de seguir avanzando en este relato quiero aclarar que nunca supe que significaba eso de centro poblado, distrito, anexos, caseríos, etc; los únicos distritos que conozco son los que siempre atravieso de un lado a otro en combi, ahora “entendería” a que se refería mi amiga cuando por teléfono o mail trataba de hacer que entendiera “eso de las subdivisiones” de la zona rural de Huanta.
Nro 1: El distrito de Santillana tiene un solo odontólogo; aquí ya comienzan los problemas por que es un distrito que solo tiene la friolera cifra de ¡5,573 almas!
Nro 2: toda la población esta distribuida en diversos pisos altitudinales y los pueblos quedan en las márgenes de montañas que están a 3,500 msnm; unidas solo por trochas.
Visité los pueblos acompañando al técnico de salud que salía a esas poblaciones a las 5 de la mañana, hora en que apenas si puedes verte las manos (es la pura verdad). En el camino lo que si veía eran las luces de las combis que pasaban raudamente; yo, con la ingenuidad que siempre me caracteriza le pregunte al enfermero: ¿no es muy peligroso que viajen a esta hora, les puede pasar algún accidente? La respuesta fue una gran risa: “Son los pasantes de droga; los bultos que llevan son kilos de hojas de coca o quizá de la procesada”. Bienvenida al Perú, pensé; ahora si era para mí real esas cifras que dicen que somos los mayores productores de droga, las estaba viendo allí, delante de mis ojos en cuatro ruedas cruzando los andes tan impunemente como cuando yo cruzo
Realicé mis evaluaciones dentales sin mayores problemas, en todos lados encontraba personas receptivas que deseaban cooperar con mi investigación, ejemplos hay varios, en el pueblo de Pallca una docente que llevaba ella sola todos los grados de primaria me pidió que les diera una charla de salud dental a los niños (ella traducía mis palabras al quechua), todos llevaban sus cepillos dentales donados por
Pero mientras pasaban más los días me iba percatando de muchas cosas, al inicio cuando recién llegué sentía la clásica pena por la pobreza de las personas y las malas condiciones en que debían vivir, pero mientras más los conocía veía que muchas de las limitaciones que padecían eran en realidad fruto de costumbres perjudiciales pero muy arraigadas en ellos;
Recuerdo bien el tercer día de mi estadía, quise ver el atardecer y la aparición de las estrellas en la tarde así que me fui al parquecito de al lado del puesto de salud y me senté muy melancólica pensando en cosas que ni recuerdo, el técnico salía también y me dejó las llaves. Esperé que llegara la noche con la calma de quien no tiene nada más que hacer en este mundo mas que solo esperar, una vez cumplido mi objetivo y apurada por el frió decidí regresar al puesto de salud donde tenía agenciada una muy buena cama, traté de abrir la puerta pero esta tercamente se negaba a dejarme entrar, estuve intentándolo como por veinte minutos y nada, miraba a mi alrededor y la noche y el frió no me daban sosiego hasta que al fin oscureció y a pesar de la luz de los faroles todo era negro, ese fue el instante de la absoluta soledad, estaba muriéndome de frió a 3,500 msnm con gente a la que realmente no conocía ni me conocían, pisando piedras y tierra y mirando por la ventana el limpio y nuevo puesto de salud que había sido inaugurado unos meses atrás iluminado. Entonces lo comprendí, por primera vez en mi vida comprendí lo que era el infierno por que eso que vivía era la parábola de
Testimonio de Mónica R. Gonzales
miércoles, 15 de agosto de 2007
La Rata, La Ducha y El Mendrugo de Pan
Citado de la revista "Etiqueta Negra"
Mi primera mascota fue una rata. No un perro, ni un gato, ni siquiera un hamster. Sino una rata. Negra y peluda, de alcantarilla.
- ¡Tengo una lata que está en mi lucha! – gritaba en un castellano incipiente, esforzándome para que mis palabras no sonaran tanto a mandarín.
A los dos años y medio se me hacía difícil hacerme entender, peor si no me tomaban muy en serio.
- Tengo una lata que está en mi lucha y me hace así…-decía mientras movía la nariz como si una mosca se hubiese posado en ella.
Por fin, mi madre entendió el mensaje.
- La bebe dice que tiene una rata en su ducha – decía - ¡Cuánta imaginación!
Todos me miraban encantados. No entendía muy bien lo de la imaginación, pero me quedé tranquila, hasta feliz porque habían aceptado a mi peluda mascota.
- ¿Adónde llevas ese pan? – me preguntaron otro día.
Yo respondí que era para alimentar a mi rata.
- Ah, es para su mascota imaginaria – le explicaba mi madre a las visitas cuando veían que la bebe; o sea yo, pasaba con mendrugos directo al baño.
No sé cuanto tiempo duró eso, lo cierto es que amaestré a mi rata – o ella me amaestró a mí – ya que la alimentaba con puntualidad cada día. Solo se asomaba cuando yo llegaba sola, para hacerme sus muecas que yo interpretaba como un: “¡Dame más pan, criatura!”. Así que le daba más y más pan, hasta que mi rata se puso obesa, como una pelotita. Yo sentía que la hacía feliz. Lo que no sabía era que sin querer la llevaba a su fin.
Una mañana me sobresaltó un grito. Era mi madre que salía corriendo del baño, envuelta en una toalla. Recuerdo otros gritos, mucha confusión, y luego a Lila, nuestra cocinera, que me llevaba rápidamente a comprar algo. Tuvimos un paseo largo.
De regreso, noté rostros evasivos, demasiados silencios. No les hice mucho caso porque más preocupada estaba en la noble misión de alimentar a mi rata. Pero ella no volvió. No la vi más.
Que hice mal, pensé. Tal vez mi rata odiaba el pan y no podía decírmelo; debí darle un menú más variado. No entendía por qué no regresaba y me sentía cada vez más decepcionada y triste. La pena se me notaba.
-Tu rata se fue a Trujillo – me dijo mi madre.
Me sentí aliviada: mi rata se había ido a otra ciudad, y había dejado el encargo de que me avisaran. No sabía por qué había elegido Trujillo, pero me hacía feliz saber de ella. A partir de entonces, cada cierto tiempo preguntaba por mi rata. Siempre me mandaba saludos y creo que hasta se casó en la Ciudad de la Eterna Primavera.
Mi mamá me contaba los éxitos de mi mascota y, por supuesto, yo me sentía partícipe y mentora de sus hazañas. De alguna extraña manera, aquel pan que yo le daba había ayudado a la superación personal de mi roedor en una ciudad extraña. Con el tiempo, dejé de preguntar por ella.
- ¿Y qué pasó con mi rata? – pregunté por fin después de casi quince años.
- ¿Tu rata? Ah…tu rata. – se acordó mi madre entre culposa y divertida.
Luego me contó como la había encontrado, atorada en el sumidero de la ducha de lo gorda que estaba. Me dijo que había llamado a mi abuelo, quien no tardó en matarla con su técnica de “solo un golpe seco”. Mi madre esta muy entusiasmada con el relato y los detalles escabrosos. Yo sólo le pregunté por que Trujillo.
- Tenías mucha imaginación de chica – me contestó sin contestar.
Le sonreí y dejamos el tema para siempre. “Mucha imaginación”, pensé, ¡qué rata!.
martes, 14 de agosto de 2007
Alguien a Quien Amar

¿Puede alguien encontrarme alguien a quien amar?
Cada mañana me levanto y muero un poco
Apenas puedo sostenerme en mis pies
(Echa un vistazo a tí mismo) Mírate en el espejo y grita
Señor, qué me estás haciendo
He consumido todos mis años creyendo en tí
Pero ahora ya no puedo obtener alivio Señor
Alguien (alguien) ooh alguien (alguien)
¿Puede alguien encontrarme alguien a quien amar?
Trabajo duro (él trabaja duro) todos los días de mi vida
Trabajo hasta que me duelen los huesos
Al final (al final del día)
Llego a casa con mi paga bien ganada
Caigo sobre mis rodillas (rodillas)
Y empiezo a rezar (adoro al Señor)
Hasta que las lágrimas caen de mis ojos
Señor, alguien (alguien) ooh alguien (por favor)
¿Puede alguien encontrarme alguien a quien amar?
(Él necesita ayuda)
Todos los días (Y lo intento, lo intento, lo intento)
Pero todo el mundo quiere abatirme
Dicen que me estoy volviendo loco
Dicen que tengo mucha agua en mi cerebro
Sin sentido común
(Él) No tengo a nadie en quien creer
Ooh
Alguien (alguien)
¿Puede alguien encontrarme alguien a quien amar?
(Que alguno me encuentre alguien a quien amar)
Sin sentimiento no tengo ritmo
Sigo perdiendo mi sonido (sigues perdiendo y perdiendo)
Estoy OK, estoy bien (él está bien)
No afrontaré la derrota
Tengo que salir de esta prisión
Algún día seré libre, Señor
Encuéntrame alguien a quien amar
Encuéntrame alguien a quien amar
Encuéntrame alguien a quien amar
Encuéntrame alguien a quien amar
...
Alguien (alguien) alguien (alguien)
Que alguien me encuentre alguien a quien amar
¿Puede alguien encontrarme alguien a quien amar?